Yo siempre supe que para hacer bien este
trabajo tenías que estar dispuesto a morir. Norman McCarthy, NO COUNTRY
FOR OLD MEN
El éxito..., mejor no acostumbrarse
a él, tomárselo como lluvia: un regalo o capricho
que cae del cielo.
JAVIER PUEBLA. Sosiego (antilibro impúdico e impublicable)
21 septiembre 009
Cuanta prisa parece tener
el mundo este año, el mundo en general y el mundo
literario en particular, pues como saben tanto escritores,
como editores y demás fauna que puebla “la
Literatura Land” lo normal es que no se mueva una
hoja hasta principios de octubre. Pero ni el calor, ni la
pereza natural de los artistas han sido capaces de calmar
la ansiedad causada por esa palabra que, según el
diccionario que heredé de mi abuela, el ilustrada
de Espasa Calpe en edición de 1950 (con preciosas
ilustraciones a plumilla), significa: Mutación considerable
que acaece en una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya
para agravarse el enfermo. Y, por extensión, momento
decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes.
Sí, eso es lo que significa la palabra CRISIS,
aunque soy consciente de que para el hombre occidental del
siglo XXI su único significado, el inmediato, ese
que le viene a la cabeza sin pensar ni reflexionar, es que
no hay pasta, no hay dinero, money out, imposible llegar
a fin de mes... Crisis, eso explica que Javier Puebla
ande rulando desde Valencia a Santiago, desde Bilbao a Valladolid,
y seguirá por Sevilla, Murciatown y donde le envíe
su querido editor para promocionar su nuevo libro, LA
INUTILIDAD DE UN BESO. A
fecha de hoy el ciudadano Puebla, que este verano se ha
permitido la excentricidad de “tomarse vacaciones
de sí mismo”, lleva a sus espaldas más
de 35 entrevistas y encuentros con periodistas en periódicos,
radios y televisiones. Y esto es solo el principio. No se
le ve cansado, pero sí aún más disfrazado
de lo habitual, pues al tradicional sombrero que le convierte
en un dibujo o icono ambulante en la actualidad ha añadido
una barba caprichosa o extravagantemente recortada. Y yo,
que le conozco hace muchos años, sospecho que quizá
quien haya vuelto de “las vacaciones de sí
mismo de Javier Puebla” no haya sido Javier Puebla,
sino tal vez yo Alberto Delgado Taylor, que oculto en mi
lado a oscuro a un tipo implacable -alguien “acostumbrado
a morir” llamado Traum, Frederic Traum.
Lo mío son los poemas, que hasta la fecha no he publicado
jamás (o al menos no soy demasiado consciente de
ello), pero tras la desaparición de Walter Flores
Delmal y dada mi relación de decenios con Javier
Puebla no he podido negarme a su petición de que
me encargase de su diarioweb, porque él está
volcado -era de temer, y quizá quien ha vuelto de
las vacaciones raras suyas ha sido Ram Rendel- en el mundo
del cine. “No es a mí a quien le gusta el cine,
sino al cine a quien le gusto yo”. La frase es de
Zulueta, Iván, pero Ram Rendel se le aplica a sí
mismo y seguro que muchos periodistas la han escuchado en
los últimos días.
No sé que más contar de él en esta
primera entrega, que espero no disguste o incomode o desconcierte
hasta la repulsión a los seguidores habituales de
las aventuras de Hatman, como llama mi amigo Jack The Monjas
a Javier Puebla; espero que la semana que viene sea él
mismo quien narre o relate las noches y las días
de su vida ahora ordenada como papel pautado, aunque seguiré
a su disposición para rastrillarse unas líneas
en cualquier momento que lo necesite.
Es sábado, luce el sol y yo no soy de los que trabajan
cuando luce el sol. Me voy a dar un paseo. Feliz semana.
NOTA: mi amigo Javier me pide
que agradezca desde aquí su impecable trabajo a Susana
Alfonso y Amparo Gracia, de Valencia,
y a la bellísima “directora de orquesta”
María Arias en Santiago de Compostela,
pues ellas fueron las artífices del tour de force
que supone hacer más de treinta entrevistas en dos
días. Y también a Óscar Oliveira,
jefe de prensa de la editorial que ha publicado LA INUTILIDAD
DE UN BESO, segundo lado de ese triángulo peculiar
que acabará conformando una obra única, LA
TRILOGÍA DE EL TIGRE. Otros agradecimientos ocuparían
demasiado espacio y robarían aún más
minutos de mi tiempo, con el riesgo de que el sol opte por
ocultarse tras una nube hurtando así a este vate
las ganas de pasear.
NOTA 2. Según el diccionario de 1950 publicado por
Espasa Calpe vate significa poeta, pero
también adivino. Dejo a su intuición,
ya que no me interesa la inteligencia, decidir si soy lo
primero o lo segundo.
“Some
people are night people” CHUCK PALAHNIUK. Fight Club (Vintage Books,
London)
29 de septiembre 2009
La frase de más arriba
encaja en mi forma de ser como un anillo hecho a medida
en un dedo. Some people are night people. Si se traduce
se estropea y desdibuja, pero es tan simple que cualquiera
puede comprenderla en estos tiempos de colonización
lingüística imparable. Viva el inglés
hasta que llegue el chino o cualquier otro idioma a desplazarle.
Night people.
A la night people se nos va regular el trato con la day
people. Hay que transfigurarse, mutarse, disfrazarse o metamorfosearse.
Y eso es lo que he hecho durante este mes de septiembre.
Viajar al mundo de la gente del día. Convertirme
en uno de ellos. Levantarme a las siete y acostarme a las
once. Porque era el único de convertir en útil
LA
INUTILIDAD DE UN BESO, mi último libro publicado,
que no escrito. Casi cincuenta entrevistas entre radios,
televisiones y prensa escrita. Estoy hasta las pelotas de
hablar de mí mismo, y cuando cae la noche, mi espacio
natural, escrito relatos breves y secretos en mi antilibro
o el diario que llevo siempre escondido en el bolsillo.
Relatos breves referidos a los otros. Querría copiar
alguno a continuación, pero es un “querría”
suave, casi falso. Tendría que abrir los cuadernitos,
elegir uno que supuestamente sea mejor que los otros, copiarlo,
corregirlo. Sin mirar recuerdo una idea, no las palabras
exactas, que dibujé en SOSIEGO:
Sólo dejamos para mañana aquello que realmente
no nos interesa lo suficiente para hacerlo hoy. Dejo para
mañana, pues, copiar alguno de esos cuentecitos malvados
o tristes; casi siempre malvados o tristes, porque la gente
de la noche se siente triste y escéptica cuando tiene
que fingir ser gente del día. Otra frase, me la regaló
Rafael Balparda en Bilbao; nos conocimos
accidentalmente por la calle y también voy a dejar
para mañana contar como (es decir, que no voy a contarlo
nunca), pero sí escribiré su frase: Prefiero
ser oveja negra que borrego. Pero lo bueno que tienen los
años para las ovejas negras son las canas: conseguimos
parecer genuinas y lanosas ovejas blancas sin demasiado
esfuerzo.