ENZENSBERGER,
EUROPEO
“Cualquier persona con un mínimo
de cultura ha oído hablar del pensador y creador
alemán Hans Magnus Enzensberger; en España
recibió hace algunos años nada menos que
el premio Príncipe de Asturias”, me dice
mi amigo León, entusiasmado con el más reciente
ensayo de Enzensberger, publicado por Anagrama bajo el
título El gentil monstruo de Bruselas o Europa
bajo tutela. “¿Lo has leído?”.
Confieso que hubiera preferido llevarle suavemente la
contraria, discutir su afirmación un tanto petulante
de que “cualquier persona con un mínimo de
cultura ha oído hablar del pensador y creador alemán
Hans Magnus Enzensberger”, porque
creo que mucha gente cuyo crédito alcanza al nivel
“mínimo de cultura” no sabe quien es
Enzensberger, del mismo modo que no saben como se llama
el presidente de la UE; hay demasiadas cosas por saber
en este mundo y todos ignoramos muchas más de las
que sabemos. Pero como León me cae bien, es simpático
y vehemente, y además el nuevo libro de Enzesberger
me ha gustado mucho, me limito a responderle que sí,
que lo he leído. “Comparemos los subrayados”,
me dice sacando un ejemplar de su habitual mochila negra
siempre cargada de libros. “Lo siento, pero tengo
mi ejemplar en El Escorial”, miento, pues no tengo
el ánimo adecuado para ejercicios intelectuales.
Me he levantado hace apenas una hora y León seguro
que lleva despierta al menos siete. “¿No
te ha parecido genial?” Sí, sí que
me ha parecido genial, Enzensberger tanto en ensayo como
en ficción siempre tiene al menos un punto de genial.
“Deberías dedicarle una de tus columnas”.
Le prometo que lo haré. “Y hay un párrafo,
dos mejor dicho, que deberías copiar enteros, páginas
88 y 89.” Hay muchos párrafos que podrían
copiarse enteros, de este librito tan divertido como inteligente
e intenso; otros habrían necesitado muchas más
páginas que las cien de este ensayo. Enzensberger
se ríe de Europa –reglamento nº 2396/2001
“los puerros de la categoría I al menos en
un tercio de su longitud total o la mitad de su parte
envuelta deberá presentar una coloración
entre blanca y blanca verdosa. En el caso de los puerros
tempranos, esa coloración podrá limitarse
a sólo un cuarto de la longitud total del puerro
o un tercio de su parte envuelta- pero también
se ríe de sí mismo. Europa se ha vuelto
una dictablanda conducido por bienintencionados filántropos,
pero él también es un hombre ya de vuelta
de todo, tiene ochenta y años, y aunque denuncia,
tolera, como hasta la fecha toleramos todos los europeos.
Sin embargo está muy bien leer este libro, porque
además de ser divertido y agradable, hace que nos
paremos un instante a meditar lo que estamos consintiendo
que suceda, que nos quieran convertir a todos en ovejas
blancas a base de tintes, que no estamos haciendo nada
para defender ni la libertad individual ni la –obsoleta-
democracia. No voy a copiar los párrafos que me
sugirió mi amigo León, soy desobediente
por naturaleza, pero recomiendo a cualquiera que desee
tener una visión crítica e inteligente de
la Europa actual, lea este libro, subraye sus frases,
y piense.