JAVIER PUEBLA

                     

Lorenzo Silva+tricornio-Guardia-Civil. Foto by Fénix, ilustración The Monjas. Copyright.PEQUEÑO CUENTECITO NAVIDEÑO


Ya ha anochecido.
El último anochecer del año 2011. León Salgado está en su dormitorio, con la luz apagada, intentando controlar un leve dolor de cabeza. Intentando. El resto de las luces de la casa están encendidas, todas. Dulce, Emili y León esperan invitados, la familia completa de León, y hay muchas cosas que preparar, infinitos detalles que cuidar. A él le duele la cabeza y por eso ha dejado el móvil en silencio, pero el aparato se ilumina cada vez que llega un mensaje; en nochevieja siempre recibe muchos mensajes y él suele cazar un cuento, pequeño, que quepa en una línea si es posible, y se lo manda a amigos y conocidos; no a todos, porque la lista de personas que figuran en su guía personal ronda los mil nombres, pero al menos sí a veinte o veinticinco. Se levanta de la cama, en la que se ha tumbado para respirar profundamente, luchar contra la cefalea, extraña palabra que le hace pensar en la familia de los pulpos: cefalópodos, y ahora se mueve a oscuras por el dormitorio hasta que sus dedos encuentran el teléfono celular, aunque ya casi nadie los llama así, basta con móvil. Tal como esperaba son típicas felicitaciones de nochevieja, feliz 2011, que tengas buena entrada de año, que el 2011 traiga ventura y prosperidad a los tuyos. Lo fácil sería una réplica estándar y cortés, pero él es un cazador de cuentos, tiene una reputación que mantener. Vuelve a tumbarse sobre el colchón, con los ojos abiertos, una franja de luz anaranjada se filtra a través de la rendija que queda entre la puerta del dormitorio y el suelo de madera. ¿Feliz 2012? No tiene mucha pinta de que el 2012 vaya a ser especialmente feliz, aunque tal vez sí, nunca se sabe. El futuro se ignora siempre a pesar de que a veces los cazadores de cuentos, y los optimistas y los pesimistas, crean que son capaces de adivinarlo. Un cuentecito con felicitación incluida, eso sería lo suyo, pero se niega a poner feliz 2011. La cabeza le late cada vez que intenta pensar, el único modo de que no le moleste es ahuyentar, impedir, cualquier tipo de pensamiento, y justo cuando lo consigue, ahuyenta o impide cualquier tipo de pensamiento, le viene la solución al enigma que el mismo se ha planteado. Fácil, sencilla y evidente. Sólo tiene que teclear una quincena de caracteres y enviarlo, pero le da pereza levantarse, ahora que se siente un poco mejor. Son ya casi las nueve; o lo hace o no lo hace. Se levanta definitivamente de la cama y navega -el mar agitado e inestable de su cabeza- hasta la cocina, donde Dulce, su mujer, parece ocupada en al menos diez cosas a la vez. ¿Cómo estás? Voy a tomarme una aspirina. Come algo antes. Claro. Dos aspirinas mejor que una, pero primero una cocacola y un poco de pan y jamón de york y queso. León vuelve al cuarto y enciende el móvil. Teclea. La aspirina, por supuesto, aún no ha hecho ningún efecto, pero ha cumplido su función de placebo: colocar la solución del dolor fuera de uno mismo, en otras manos, en un producto químico. Selecciona una veintena de nombres, y manda por las ondas su cuentecito mínimo: ¿? Humm... ¡Feliz 2013!


 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
       
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos