JAVIER PUEBLA

                     

LORENZO SILVA, SUBRAYADO


Lorenzo Silva+tricornio-Guardia-Civil. Foto by Fénix, ilustración The Monjas. Copyright.
Uno de los libros más interesantes, importantes, que ha publicado un autor español este año es, sin duda, Niños feroces, de Lorenzo Silva. El mayor valor del libro es el punto de vista del autor; no del narrador de la novela, sino del autor, de Lorenzo Silva. ¿Y cuál es ese valor? El logro de objetivar su mirada respecto no solo a nuestra guerra civil, sino también a lo que está sucediendo actualmente en España. Silva trata con el mismo respeto a rojos y azules, a socialistas o populares o indignados. Para hacer un símil deportivo y fácil de entender puede decirse que, en fútbol, equivaldría a un análisis no partidista de los encuentros entre el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid a lo largo de la historia de ambos equipos. Tan triste es la muerte de un soldado republicano como la de un nacional; exactamente igual. Un niño disparando un fusil es igual de niño dispare contra un bando u otro. Por lo tanto Niños feroces es, a mi juicio, un libro necesario, un libro que hacía falta a España, y a los españoles. He dejado pasar varios meses antes de escribir esta columna en primer lugar porque siempre que puedo permitírmelo prefiero juzgar con distancia lo que he leído; y en segundo lugar porque Lorenzo Silva es uno de mis mejores y más apreciados amigos. Por lo segundo, para que esa amistad no deformase mi juicio, creo no lo hace: soy más duro con mis amigos que con mis enemigos o que con mis indiferentes, se me ocurrió que lo mejor era ceder la segunda parte de este artículo o columna al propio Lorenzo Silva, las frases, las que quepan, escritas por él, que fui subrayando y luego copiando en las páginas finales de cortesía mientras leía el libro. “Quien no es capaz de algo, ya sea una cuestión mecánica, logística o técnica, es que no lo necesita con la suficiente desesperación” (pag, 27). “No me cae peor que otros. A mí me trató mejor que otros, que me debían más o, para decirlo de otro modo, en los que hice más gasto que en él” (pag, 52). “Para luchar adecuadamente, hay que aprender a tomar muchas decisiones sin necesidad de pensarlas” (pag, 108). Sobre Walter Benjamín: “Tras esa pared murió, solo como un perro, uno de los hombres más sabios y lúcidos del siglo XX” (pag, 251). “Escriba y escriba, es el único modo de salvación” (pag, 264). “Pasa algo con la desmoralización, como con el sentimiento opuesto, el fervor la victoria: se contagia, y basta para que se apodere de los que tienes al lado para que te arrastre también a ti” (pag, 313). “Se siente como el hombre que debería amparar a alguien más joven, pero no sabe cómo hacerlo ni está en condiciones de cumplir con esa obligación” (pag, 343). “Con la sonrisa de canalla intacta” (pag, 372). “Al final, de una manera o de otra, todos la cagamos” (pag, 374). “No dejes nunca de disfrutar del placer de tener un deber” (pag, 376). “Así como la verdad no pertenece a nadie, cada uno es dueño por entero de sus simpatías” (pag, 384). “El hombre que teme a la muerte muere mil veces. El que la desprecia, muere cuando le toca y ya está” (pag, 279). Lorenzo Silva, Niños feroces. Imprescindible.

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
       
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos