LA MIRADA
DE JESÚS EGIDO
Jesús Egido es director de una
editorial, o más exactamente de dos editoriales,
a saber: Rey Lear y Reino de Cordelia
(la hija buena del rey, como gusta decir Egido). La primera
es una editorial entre pequeña y media, cartesianamente
ordenada, y la segunda, Reino de Cordelia, es pequeña,
todavía, y cortazarianamente desordenada: hay libros
de múltiples formas, formatos y tamaños.
Los libros de Egido tienen fama de ser “bonitos”,
algo de lo que también pueden presumir otras editoriales
independientes –Nocturna, Impedimenta
o Barrill&Barral- pero que raramente
cuidan las grandes, si exceptuamos a Atalanta
o Siruela. Egido edita lo que le gusta;
y por eso he titulado así este artículo
o columna, porque sus libros nacen de la mirada, literaria
y entusiasta, del editor. Entre sus autores hay clásicos,
como Chejov o Charles Kingsley
que publicó en 2008 con las ilustraciones originales
de Linley Sambourne, una belleza de libro
que Rey Lear mantiene vivo como el resto de su suficiente
pero no excesivo catálogo; porque uno de los grandes
encantos de las editoriales que dirige Egido es que mantiene
los títulos vivos, reimprime en cuanto se acaban,
y hay librerías, como la librería
de Javier en Alcalá de Henares, que
tienen el catálogo completo de Rey Lear y Reino
de Cordelia a disposición del público. La
otra cara de la moneda es la dificultad que tienen sus
editoriales para llegar a las restringidas mesas de novedades
en grandes superficies o macrolibrerías, aunque
en ocasiones –Lorenzo Silva, Luis
Mateo Díez, Stevenson,
García Pavón- sí
consigue un hueco en el preciado escaparate de lo nuevo.
Una característica que diferencia Rey Lear y Reino
de Cordelia de las otras independientes mencionadas más
arriba, mimadoras del libro como objeto, es la atención
que presta a los autores españoles. Dado que existe
un fondo casi ilimitado de títulos en inglés
no explotados en español, véase como ejemplo
la magnífica edición de La tienda de antigüedades,
de Dickens (Nocturna
ediciones), es muy habitual que el pequeño
editor prefiera remover en el gran caldero de la literatura
anglosajona antes que arriesgarse a descubrir nuevos autores
que, en caso de lograr funcionen y vendan libros, antes
o después les robarán los grandes grupos
(es famoso el caso de Juan Manuel de Prada,
tan doloroso para Valdemar,
sus descubridores, que jamás han vuelto a apostar
en esa misma casilla de la ruleta; aunque ganaron). Pero
a Egido -porque su mirada se lo pide, se posa sobre esas
nuevas voces- sí le interesa poner una ficha sobre
esos números raros: Juan Bolea, Paco Piquer,
Miguel Ángel Martín, Mariano Sánchez
Soler... y no parece preocuparle que un día
el vendaval de Planeta o la
ola de Mondadori se los lleve
hasta sus playas.
En suma, un editor aún pequeño pero muy
inquieto, cuya obra puede curiosearse en internet en reylear.es
o reinodecordelia.es;
pero también -ahora que se acerca la "Fiera"
del libro de Madrid- el lector curioso puede
acercarse a la caseta 128, ver
los libros, tocarlos, sentir el mimo, y conocer a Egido,
mirar su mirada con sus propios ojos.