Herralde
y Auster
El
pasado lunes (16 de junio de 2003) se encontraron en Madrid
ante un público que abarrotaba la amplia sala sita
en la planta cuarta del Círculo de Bellas
Artes dos pesos pesados del actual panorama literario
y cultural internacional. De un lado, Jorge Herralde,
el más prestigioso editor de nuestro país,
y del otro, Paul Auster, cineasta ocasional
y celebrado novelista cuya última obra ha trascendido
el circuito intelectual para encaramarse a las listas
de los libros más vendidos.
El encuentro, el primero
de un ciclo propiciado por la conocida crítico
Mercedes Monmany en el que se pretende
desvelar ante el público algo de la siempre mágica
y delicada relación entre un autor y su editor,
resultó fascinante.
Herralde
propuso a Auster siete temas entre los
que me atrevo a destacar la relación del autor
americano con la muerte: en tus novelas, excepto en las
dos últimas, los personajes no mueren. A pesar
de que he leído la obra completa de Auster nunca
había advertido tal extremo, pero Auster era muy
consciente del mismo y explicó que hasta que no
hubo pasado la cincuentena la muerte le parecía
algo demasiado terrible y que sólo en los últimos
tiempos había logrado pensar en ella con mayor
serenidad. Se habló también de política,
de la condición de Auster como ciudadano americano
aún antes que como ciudadano del mundo, de su origen
judío, su interés por la traducción,
sus incursiones en el mundo del cine ("no es un trabajo
que se pueda hacer a tiempo parcial") y su relación
con Europa, que es larga y continuada. Precisamente Auster
está en España para visitar a su esposa,
la también escritora Siri Hustvedt
que elabora en Barcelona un trabajo sobre Goya y ya de
paso echar una mano al cineasta francés Patrice
Chéreau en la traducción al inglés
del guión para una película sobre los últimos
días de Napoleón en Santa Helena.
Al final del encuentro los
lectores de Auster ocuparon el escenario
para que el autor de La Trilogía de Nueva
York, Mister Vértigo y El libro de las ilusiones,
entre otros muchos y brillantes títulos, les firmase
un ejemplar de su penúltimo libro. El último,
El oráculo de la noche, acaba
de ser publicado en inglés y aún tardará
algunos meses en ser publicado en castellano. Yo también
subí al escenario, para felicitar a Mercedes
Monmany y Jorge Herralde por
la maravilla que había sido aquel encuentro y cuando
bajaba las escaleras en compañía de este
último, mi muy querido Mister Herralde, dije para
mí mismo, aunque quizá alguien me oyó,
que no comprendía al público, que en caso
de hacer cola ante alguien para obtener un autógrafo
yo la habría hecho antes ante Herralde -quien
me ha proporcionado más horas de buena literatura
que ningún otro autor del mundo- que ante
Auster. Caprichos míos.
(publicado en La Opinión
de Murcia, lunes 23 de junio de 2003)
Copyritht, Javier Puebla,
2003
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