JAVIER PUEBLA

                     

ÁLVARO BERMEJO, EUROPEO Y ESCRITOR

Alvaro Bermejo, foto bajada de internet modificada por Jack The Monjas para Cambio16 y esta página web.

 


Leí a Álvaro Bermejo antes de conocerlo, e incluso sin saber que estaba leyendo a Álvaro Bermejo. La primera vez que me enfrenté con el texto El laberinto de la Atlántida, hace algo más de un año, lo que tenía ante mis ojos era un manuscrito firmado con un seudónimo que ya no recuerdo. A la sazón formaba parte del jurado del prestigioso Premio de Internacional Novela Luis Berenguer por la sencilla razón de que se me había concedido a mí el galardón en la edición inmediatamente anterior por la segunda entrega de la trilogía de Tigre Manjatan: La inutilidad de un beso. Entre los manuscritos había uno que ya había leído como jurado en otro premio, el Ateneo de Valladolid, y que defendí -sin éxito- como ganador; el mencionado texto cuyo autor tampoco conocía cuando lo leí por primera vez es del autor murciano Gregorio León y finalmente ganó un premio, el Emilio Alarcos y está a punto de publicarse o ya ha sido publicado. En un principio pensé defender esa novela, que ya conocía, y que saldrá al mercado bajo el título de El último secreto de Frida K, pero entonces me topé con Bermejo. El principio de su novela era de un nivel impresionante. Leí las veinte primeras páginas, luego las veinte últimas y a continuación hice varias catas en las zonas centrales..., y me la leí entera. Me gustó y entretuvo. Los editores del libro afirman que se trata de un thriller arqueológico, en la estela de El evangelio del Tibet, del mismo autor, y no es una mala manera de llamarlo. Porque también podría llamarse así a las películas de la serie Indiana Jones: thrillers arqueológicos. En efecto, Alwin -así llama al narrador su primera novia en la novela- tiene algo, bastante, de profesor Jones. También es profesor, y lo es en una universidad americana cuando arranca la trama, en la mítica Berkeley de finales de los sesenta. Pero como profesor nada tiene que ver con el personaje interpretado por Harrison Ford, a quien sus alumnos adoran y el rectorado trata como si fuese... el protagonista de una película. Alwin no sólo es más real, creíble, que el profesor Jones, sino que además es europeo. Como lo es Álvaro Bermejo. Muy europeo.

Le conocí una noche en un restaurante de la calle Manuela Malasaña. Sabía que había quedado con el editor Miguel Ángel Matellanes, responsable de la publicación del premio Berenguer, y aparecí un poco inopinadamente. Tenía curiosidad. Curiosidad por si parecería tan europeo como me había imaginado al leerlo. No me defraudó en absoluto. Es más: superó mis expectativas. Alto, elegante como un lord inglés, de modales pausados y una cultura enciclopédica que dejaba entrever con naturalidad mezclada con las aguas del río de la conversación.
Al recibir el libro editado, le doy las gracias al gabinete de prensa del grupo Anaya por su rapidez y eficacia, lo abrí pensando que ya lo conocía. Pero volví a leerlo, casi sin darme cuenta. Ameno, bien escrito y cuajado de pensamientos subrayables. En suma, que me siento orgulloso de tener como sucesor en el premio Berenguer a Álvaro Bermejo y su “laberinto de la Atlántida”.

 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
       
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos