JAVIER PUEBLA

     
   

La San Silvestre, Coppini y Schumacher, by JAVIER PUEBLA para Cambio16

 

CAPERUCITA Y ELSCORSESE

 

La San Silvestre, Coppini y Schumacher, by JAVIER PUEBLA para Cambio16Sucede con frecuencia, cuando nos gusta mucho un escritor o un músico o un pintor o un cineasta, que a veces nos decepciona. Sucede también que de un escritor o un músico o un pintor o un cineasta que ha conseguida deslumbrarnos con una sola obra concreta, nos decepciona luego ya siempre: no tiene nada más que decir. Excepto para los estudiosos los otros escritos de Cervantes, defraudan. Hay algunas de Shakespeare francamente flojas. Los primeros cuadros de Goya me hacen sentir deseos de mirar hacia otro lado. Radio Futura y Beethoven tienen temas y sinfonías muy por debajo de sus grandes logros. Y ni siquiera Hitchcock es capaz de acertar siempre en el corazón de la diana. ¿Y Scorsese, el lobo comedor de caperucitas Martín Charles Scorsese? Tampoco.
Lo conocí en Nueva York antes de que rodase El color del dinero. Impartió un seminario sobre guión en la universidad central: NYU, y ya parecía el lobo. Aunque un lobo simpático, divertido, contento de haber nacido lobo. El seminario sólo duró cuatro días y aunque aprendí algunas cosas lo más interesante fue estar cerca de la bestia. Contagiaba su energía. Para bien o para mal algo de esa energía quedó en la película que yo mismo estaba rodando por aquel entonces: The Long Hello.
Dicho lo anterior resulta comprensible para cualquiera que acoja los estrenos de Scorsese siempre con la máxima expectación. No lo considero autor de una sola obra maestra, y siempre pienso que su mejor película aún puede estar por llegar. Así que llamé a mis amigos más cinéfilos, Ramón Muro y su mujer, Pilar de Miguel, convencí a mi mitad para que nos acompañara, y me senté felizmente a ver como devoraba esta vez el lobo cineasta a su caperucita peliculita. Muchas tías en pelotas, muchas drogas, alucinantes movimientos de cámara, diálogos brillantes, actores bien dirigidos, la chica protagonista, Margot Robbie, guapísima, DiCaprio currándose la página como si fuera uno de los productores de la cinta... La verdad es que lo pasé muy bien. Porque aún voy al cine, como aún leo o voy a una exposición o un concierto, esencialmente para pasarlo bien. Renuncié cuando años ha en Diario16 me tocó hacer de crítico de cine. Creo que desde entonces no escribía sobre una película tan largo como lo estoy haciendo ahora. El lobo de Wall Street me recordó mucho a Goodfellas (Uno de los nuestros), y también a Casino. El pelanas que sube y sube, y baja con la verticalidad de una piedra. Dicen que los artistas repetimos ad infinitum la misma obra. Y probablemente ese sea el caso de la historia de la más reciente película de Scorsese, que nos vuelve a contar la ascensión y caída de un hombre joven y ambicioso y rebosante de energía, que consigue todos sus sueños -dicho de otro modo: que realiza el gran sueño americano: muchísimo dinero, morenas guapísimas, mansiones gigantescas, rubias despampantes, sexo y todos los excesos... y luego cae. Quizá esa sea la historia de su vida, quizá el lobo Scorsese se dibuje en ese hombre joven y ambicioso y rebosante de energía; pero hay una diferencia con sus protagonistas: él no cae.


La San Silvestre, Coppini y Schumacher,, by JAVIER PUEBLA para Cambio16

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