JAVIER PUEBLA

     
   

 

EN LA OREJA VERDE

 

"Espera, no empieces todavía. Es sólo un momento. Quiero que veas algo antes". Es la voz de Jesús Velasco, mi amigo Jesús Velasco a partir de ese momento, el director del centro para mayores La Oreja Verde, en Galapagar, Madrid. Espera. Momento. Ver. Antes. Cuatro palabras y cada una de ellas absolutamente irresistible para mí. Así que abro los brazos, sonrío con largueza y pido al público, una cincuentena larga de personas, una breve tregua, porque "tengo algo que ver". Y ese algo que ver es un viaje, un viaje que hago hasta Marruecos, sólo con la ayuda de mis pies y la guía de Jesús, y en apenas diez segundos. Porque al otro lado de la planta baja de La Oreja Verde, en la sala opuesta a aquella en la que cincuenta personas me esperan para escuchar mis aventuras y experiencias en el África negra, está Marruecos, todo Marruecos, o suficiente Marruecos para que me vuelva a la memoria el olor de Fez, el color de Marrakesh, la confusión de Tánger. Son mujeres, muchas mujeres, todas con túnica y un pañuelo en la cabeza velando su cabello. Hablan y ríen, rodean a la profesora que les enseña español. Se acerca la navidad y hay que celebrarlo y a la gente le gusta regalar comida, a la gente española, pero a la marroquí también. No hay clase ese día, pero sí muchísima alegría, y aunque me están esperando apuro -sin abusar- los segundos. Sé que ya no están subvencionadas ni por el estado ni por los ayuntamientos ni por la comunidad autónoma las clases de español. Como tampoco lo están ya las de inglés o informática. Un desastre. Un absurdo. El inglés y la informática, pareja de hecho de la actual modernidad, son tan importantes a fecha de hoy como la alfabetización. Y las personas extranjeras que quieren aprender español evidencian un claro deseo de integración, de pertenecer a nuestro país. En teoría esas mujeres con las que estoy hablando y riendo no deberían estar allí, esa clase de español no debería de existir, pero la voluntad de Velasco y su equipo ha conseguido mantener vivos los cursos de aprendizaje de la lengua, también los de informática e inglés. Ingenio y el deseo de hacer su trabajo, indudablemente vocacional, bien. Gracias al esfuerzo de un grupo de personas Marruecos está sólo a unos metros de la sala a la que ya regreso para dar mi conferencia. Mientras recorro el breve pasillo pienso en esa frase estúpida que afirma: "No hay nadie insustituible". Por supuesto que hay personas insustituibles, usted que me está leyendo y yo también. Empujo la puerta, levanto los brazos, sonrío con aún mayor amplitud al público, y empiezo recordando lo que ya advertí la tarde anterior, en la que también estuve allí, "Me gusta improvisar y esta conferencia probablemente no se parecerá en nada, o en casi nada, aunque traten sobre el mismo tema, a la de ayer". Y les cuento. Les cuento como conocí a Alú Ba, el niño mendigo de Dakar a quien no fue capaz de rescatar. Les cuento... pero también los miro y admiro. A la gente que estudia después de los dieciocho o de las sesenta y seis. Magníficos, todos ellos un regalo para mí. Feliz navidad.

 

Taller liteario 3Estaciones

 
 

 

 

 

El más prestigioso taller literario de Europa

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
   
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos