JAVIER PUEBLA

     
   

ERASE UNA VEZ VALLECAS

Las ciudades están llenas de historias. Tantas historias que a veces no las vemos. Tantas historias que sería imposible contarlas. Contarlas todas. Pero sí se pueden contar algunas. Algunas merecen ser contadas. Se nos cruzan con el descaro de una mujer joven vestida con ropa de verano en pleno invierno. Y nos miran a los ojos... Me mira a los ojos. No es una mujer. Es una plaza. La Plaza Vieja. De Vallecas. "¿Me has mirado bien alguna vez?". Podría responder que sí. La conozco desde niño, la casa donde nací está al otro lado de la frontera pero a menos de un kilómetro de distancia. Y el señor Tigre Manjatan vive cerquísima de la Plaza, en el Callejón de los Milagros. Había una tienda de viejo donde acudía a vender comprar y cambiar tebeos y libros. Y bares, claro, más bien tabernas en realidad. "¿Y ahora, me has mirado bien?", me pregunta la Plaza. Me encojo de hombros. Supongo que sí, me precio de "ver" incluso sin mirar. Injustificadamente; al menos en este caso. En absoluto había mirado bien. "¿Te has fijado bien que soy uno de los espacios más bonitos de Madrid, de Mad Madrid, como tú y tus amigos el Oso y el Tigre y el Ciervo llamáis a esta ciudad?". Y sí, tiene razón. Es uno de los espacios más bonitos de Mad Madrid. Le da cien vueltas a un millón de plazas y calles de las que se recomienda visitar en las guías turísticas. "Pero estoy desaprovechada, ¿verdad?". Verdad. La plaza habla por boca de un tío barbudo. El tío barbudo se llama Antonio Barrios y si esto fuera una novela de Stephen King y no una columna de opinión ahora se explicaría que el hombre está poseído por el espíritu de la plaza, como lo estaba Jack Nicholson por el del Hotel en El Resplandor. Barrios cocina muy bien y tira cerveza mejor que nadie -con el permiso de Lidia Balsa, la rubísima comercial de cervezas -rubias como ella- en el barrio. Barrios está loco. Debe estar loco. Dice cosas extrañas. Pero yo también estoy loco. Y lo escucho encantado. Y miro. Miro lo que está haciendo en la plaza. Que ha buscado inversores excéntricos y soñadores para comprar todos los locales desocupados, que lleva dos años cuidando cada luz, cada mesa, cada zócalo en un local que se inaugurará el sábado. "El Picantón, pollo a la brasa sin absolutamente ningún residuo cancerígeno". Al Picantón lo dibuja Montxo Dixie. "Tienes que venir", me sonríe la plaza, la Plaza Vieja de Vallecas. "Habrá charangas y una misa rociera, y un nuevo bautismo de la plaza, con bailarines de todo el mundo, cantaores flamencos y hasta ese grupo que te gusta tanto que se llama Duro Peyote y lidera Rubén Robledo". Tenía que ir, y fui, por supuesto. Allí estaba Luqui -siempre apoyando a quienes intentan ser felices y hacer felices a los demás- sonriendo y dando el callo. Fue él quien me hizo observar que estaban todos los "mayores", los que se habían hecho con el barrio, y mezclados con ellos los jóvenes recién llegados, casi todos hispanoamericanos. "Mira que armónico es todo", insistió Luqui. Asentí. Y busqué a la Plaza,a ver que decía. Nada. Allí estaba. Rebosante de gente feliz, bailando.

Antonio Barrios, Julián Lucas-Luqui, Montxo Dixie, Duro Peyote
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Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
   
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos