FUEGO DEL INFIERNO
Llego a casa de mi amigo, colega y director de diseño
publicitario y web de la editorial Haz Milagros,
Montxo Dixie, y de los altavoces de su
ordenador sale una música insoportable.
-¿Qué cojones es eso?
Hijos del trueno y de Caín, por el martillo
de Thor provocando el fuego del infierno, el alegre baile
de las llamas del Averno.
-Nada, un grupo de descerebrados que han grabado un disco.
Pero lo dice de una manera
que en realidad está diciendo lo contrario,
y como además en ese momento pasa por su calle,
como sucede tantas veces a lo largo del día, La
banda de las sirenas de las lecheras de la policía,
no está muy claro quienes son los descerebrados:
los polis, los aluniceros o los que han prendido fuego
en el bulevar que se ve desde la ventana. Pero si él
dribla, yo regateo:
-Lo de descerebrados vale,
pero lo de disco…
-Espera, antes de decir nada sobre la música country
o el jevi o las galletas fontaneda, escucha el último
tema, tío, la versión “Cajún”
de On the road.
Y lo escucho, mientras Montxo me explica que el Cajún
es el movimiento de la música de los pantanos,
de origen francés y absolutamente degenerado, claro
(que son las cosas que le gustan a él). Vaya, no
está mal. Nada mal, en absoluto mal, el malévolo
sonido cajún de los pantanos.
-Espera, espera que te pongo otro tema, “La
brigada borracha del Hellbilly”. Una
flipada, y además van a utilizarlo como nombre
para el segundo grupo.
-¿Segundo grupo?
Dixie me mira con cierta impaciencia. Siempre hay que
explicármelo todo. El segundo grupo, evidentemente,
es el que se encarga de hacer las versiones acústicas,
para que las almas sensibles puedan disfrutar de su arte
sin que les revienten los oídos.
-¿Y conozco a alguien? De los músicos, quiero
decir.
A Dixie se le agota la poca paciencia que le queda. Seguro
que ya me lo había contado. Le salen chispas de
los ojos (normal en él, no hago caso, y cojo la
botella de bourbon que siempre hay a mi lado -¿cómo
lo hace?- cuando acudo a su casa a visitarlo).
Vuelvo a hablar.
-¿Ya me lo habías contado, verdad viejo
oso?
-Ya te lo había contado, viejo tigre. En el grupo
acústico están Rubén Duro
Peyote, Dave 45 Revoluciones,
Angelito Crazy Banjo, Miguel
Intrance…
Entonces se me abre la sonrisa en la cara y me ablando,
joder, pero sí son mis colegazos. Y ya escucho
la grabación de otra manera, cuanta poesía
hay en AMMO (A mother fucking
mayhem overdose).
-¿Y ellos se llaman...? El grupo original me refiero,
el electrificado.
-Hell ´s Fire.
Miro a mi alrededor y veo: calaveras de cuernilargos tejanos,
espadas, machetes, armas de fuego de todo tipo, un piano,
cien botellas vacías, una a medias y otra llena
(no durará mucho rato). La casa de mi colega es
un museo Cajun, puro pantano. Nada raro que sus protegidos
griten como bestias salvajes y se llamen Fuego del infierno.
-¿Me puedes conseguir un disco? Firmado por las
“llamas” si puede ser.
-Te lo tenía preparado.
Ahora lo llevo en el coche. Y cuando me toca comerme un
maldito atasco subo el volumen al máximo y dejo
que todos mis vecinos se enteren de cómo suena
el fuego del infierno: derrite el asfalto.