JAVIER PUEBLA

                     

FUEGO DEL INFIERNO


Llego a casa de mi amigo, colega y director de diseño publicitario y web de la editorial Haz Milagros, Montxo Dixie, y de los altavoces de su ordenador sale una música insoportable.
-¿Qué cojones es eso?

Hijos del trueno y de Caín, por el martillo de Thor provocando el fuego del infierno, el alegre baile de las llamas del Averno.


-Nada, un grupo de descerebrados que han grabado un disco.

Pero lo dice de una manera que en realidad está diciendo lo contrario, y como además en ese momento pasa por su calle, como sucede tantas veces a lo largo del día, La banda de las sirenas de las lecheras de la policía, no está muy claro quienes son los descerebrados: los polis, los aluniceros o los que han prendido fuego en el bulevar que se ve desde la ventana. Pero si él dribla, yo regateo:

-Lo de descerebrados vale, pero lo de disco…
-Espera, antes de decir nada sobre la música country o el jevi o las galletas fontaneda, escucha el último tema, tío, la versión “Cajún” de On the road.
Y lo escucho, mientras Montxo me explica que el Cajún es el movimiento de la música de los pantanos, de origen francés y absolutamente degenerado, claro (que son las cosas que le gustan a él). Vaya, no está mal. Nada mal, en absoluto mal, el malévolo sonido cajún de los pantanos.
-Espera, espera que te pongo otro tema, “La brigada borracha del Hellbilly”. Una flipada, y además van a utilizarlo como nombre para el segundo grupo.
-¿Segundo grupo?
Dixie me mira con cierta impaciencia. Siempre hay que explicármelo todo. El segundo grupo, evidentemente, es el que se encarga de hacer las versiones acústicas, para que las almas sensibles puedan disfrutar de su arte sin que les revienten los oídos.
-¿Y conozco a alguien? De los músicos, quiero decir.
A Dixie se le agota la poca paciencia que le queda. Seguro que ya me lo había contado. Le salen chispas de los ojos (normal en él, no hago caso, y cojo la botella de bourbon que siempre hay a mi lado -¿cómo lo hace?- cuando acudo a su casa a visitarlo).
Vuelvo a hablar.
-¿Ya me lo habías contado, verdad viejo oso?
-Ya te lo había contado, viejo tigre. En el grupo acústico están Rubén Duro Peyote, Dave 45 Revoluciones, Angelito Crazy Banjo, Miguel Intrance
Entonces se me abre la sonrisa en la cara y me ablando, joder, pero sí son mis colegazos. Y ya escucho la grabación de otra manera, cuanta poesía hay en AMMO (A mother fucking mayhem overdose).
-¿Y ellos se llaman...? El grupo original me refiero, el electrificado.
-Hell ´s Fire.
Miro a mi alrededor y veo: calaveras de cuernilargos tejanos, espadas, machetes, armas de fuego de todo tipo, un piano, cien botellas vacías, una a medias y otra llena (no durará mucho rato). La casa de mi colega es un museo Cajun, puro pantano. Nada raro que sus protegidos griten como bestias salvajes y se llamen Fuego del infierno.
-¿Me puedes conseguir un disco? Firmado por las “llamas” si puede ser.
-Te lo tenía preparado.
Ahora lo llevo en el coche. Y cuando me toca comerme un maldito atasco subo el volumen al máximo y dejo que todos mis vecinos se enteren de cómo suena el fuego del infierno: derrite el asfalto.

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
       
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos