JAVIER PUEBLA

                     

LA RELATIVIDAD DEL ÉXITO


“El éxito no debe intentar medirse o ponderarse en valores absolutos acerca del resultado obtenido, pues depende de las expectativas con las que el sujeto encarase la empresa”. (Keynes).

Las llamadas al joven editor no llegan a colapsar su teléfono móvil, pero sí que se suceden a lo largo del día. “Te escuché en la radio”. “Vi en internet las fotos de la presentación”. “¿Es cierto que agotaste la edición en sólo quince días?”. “Menudo ojo que tienes, espero que no se te ocurra montar nunca una funeraria, tú te forrarías, y los demás... todos muertos”.

Al viejo editor no le llama nadie, y cuando alguien que lo conoce se cruza con él evita entrar en conversación. Está un poco sordo, pero le sobra experiencia para adivinar lo que andan diciendo acerca de él. “No ha conseguido llegar al número uno de la lista de los más vendidos”. “Las novelas en las que las mujeres no son las protagonistas absolutas no se llevan”. “Otro error del mismo calibre y lo ponen en la calle”.

El joven editor pasea por la calle contoneándose como un pavo, saludando incluso a quien no conoce, respondiendo “fenomenal” cada vez que alguien le pregunta cómo le va, sintiéndose levemente culpable de estar tan contento, porque en general a la gente del mundillo le va bastante mal, incluso al viejo editor de prestigio inmenso. “Parece mentira que te pueda ir tan bien, con la que está cayendo”. “La que está cayendo”; eso, en literatura, se considera un “lugar común”, una “frase hecha” que él jamás permitiría que apareciese en ninguno de sus libros. Al cabo es un editor de éxito.

El viejo editor toma un ansiolítico para desayunar, doble dosis de bromazepan con el almuerzo, y tres omeoprazol antes de sentarse en el restaurante de cinco tenedores en el que cenará con el autor que se quejará de lo mal que tratan los críticos a los escritores que venden cien mil ejemplares, “los muy envidiosos de los huevos”. El viejo editor tendrá que asentir ante las palabras del viejo escritor de bestsellers, comerse –junto al solomillo- la información de Nielsen según la cual sólo han vendido cuarenta mil libros a pesar del trabajo insuperable de los comerciales que han colocado la novela sobre el nazi malévolo, la chica maravillosa y el periodista torpe pero bien intencionado, hasta en las mercerías, los estancos y las taquillas del metro.

El joven editor no tiene esos problemas. Han hablado bien de su libro en un par de blogs de medio pelo; sin insultar al autor al menos. Está pensando en si arriesgarse o no a tirar una segunda edición. Total, ya ha conseguido el éxito que esperaba. Aunque el beneficio sea más bien corto: setenta euros; pero a él no le preocupa el dinero. Lo que importa es que ha vendido la edición entera: cien libros.

Al viejo editor le bajarán el bono a final de año. El beneficio neto de la operación no ha pasado del cuarto de millón. Una cuarta parte de lo previsto. El joven y el viejo editor se cruzan en la puerta de la librería donde el primero ha colocado seis libros y el segundo ochocientos. Se cruzan sus miradas. El viejo editor baja los ojos al suelo.



Jorge Herralde, by The Monjas

 

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Seis.Cinco.Nueve.Dos.Cuatro.Cuatro.Tres.Ocho.Cero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
       
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos