JAVIER PUEBLA

                     

LORENZO SILVA
Y
LA GUARDIA CIVIL


Lorenzo Silva+tricornio-Guardia-Civil. Foto by Fénix, ilustración The Monjas. Copyright. Si alguien me hubiera contado hace veinte años, incluso hace diez, que algún día me iba a sentar ante el ordenador para escribir un texto en el que hablaría bien, con admiración y hasta cierto orgullo, de la guardia civil... me habría reído en sus narices. ¿Yo, diciendo lindeces de los picoletos? ¡Anda ya! O no me has visto bien o estás bajo los efectos de alguna sustancia que te descuajeringa el coco.
Pero aquí estoy, dándole a los teclitas para escribir sobre la guardia civil, sin intención de insultar a los guardias ni reírme de ellos. Podría pensarse que, simplemente, me hago viejo, y por lo tanto conservador, defensor de los valores establecidos. Pero ni me hago viejo, ni soy conservador (en el sentido político del término), ni voy a convertirme en paladín de los valores establecidos. Voy a escribir bien de la guardia civil por culpa de Lorenzo Silva. Ah, el maldito Lorenzo Silva que ha conseguido mutar mis -en teoría inmutables- opiniones sobre la guardia civil que conocí de adolescente.
El proceso que me ha llevado a cambiar de opinión comienza hace ya bastantes años, cuando el escritor Lorenzo Silva saca una novela titulada El lejano país de los estanques, protagonizada por dos guardias civiles, chico (Bevilacqua) y chica (Chamorro) y para mi pasmo logra que me caigan bien los dos; a pesar de su profesión. Es sabido que lo de Bevilacqua y Chamorro es una serie ya larga y de éxito, y por lo tanto podría pensarse que ahí está la razón o explicación para mi postura pro Guardia Civil.

Casi. Porque Silva me tenía medio convencido, pero sólo medio. Sin embargo hace unos meses el mismo tipo que firma la serie de Chamorro y Belvilacqua, el tal Lorenzo Silva, publicó SERENO EN EL PELIGRO, La aventura histórica de la Guardia Civil. Cogí el libro con la mayor saña posible, con toda la mala leche y odio histórico que me quedaba desde la adolescencia contra “la benemérita”. ¡Y fracasé!

Si ahora la Guardia Civil en pleno diese un concierto en plan coral compraría entradas para primera fila. A la que me descuido me encuentro a mí mismo hablando de los guardias como si fuesen mi equipo de fútbol favorito. Y la culpa la tiene Lorenzo Silva. Por escribir tan bien y encima creerse lo que dice y conseguir que los demás también nos lo creamos. El Duque de Ahumada creó un cuerpo de élite hace casi doscientos años (algo menos, sucedió en 1844) que en realidad dejaba en mantillas a los geos actuales. “Ninguna falta es disimulable en los guardias civiles” se cita en su primer reglamento. Yo no conocí a esos guardias, sino a los de la postguerra del 36, mucho más humildes; y por eso no me gustaban. Pero ahora veo a los picoletos modernos como a primos de Spiderman, héroes incomprendidos, tipos en los que se debe confiar, aunque puedan pararte en la autopista y quitarte hasta la dentadura postiza, y la nintendo, si vas a 300 por hora.

En suma, el Duque de Ahumada fue el creador de una guardia civil “mítica”, pero el escritor Lorenzo Silva desde sus novelas y “Sereno en el peligro”, es sin duda su mejor, y más convincente, trovador.


Gallardón, Silva, Altos mandos Guardia Civil, by Fénix 2010, copyritht.


 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

Javier Puebla-La inutilidad de un beso. Segunda entrega de LA TRILOGIA DE EL TIGRE. Kafkiana, rara y -quizá- hasta genial.

Javier Puebla

Javier Puebla firmó la primera obra de mister Frederic Traum. Al parecer tiene amigos bastante poco recomendables

   
   
       
Carpe diem, visitante nº Que los hados guíen tus pasos