15-M, POLÍTICAMENTE CORTÉS
Escribo
esta columna porque me lo pide la narradora y poetisa
Isabel Camblor, pero también la
escribo porque es necesario escribirla después
de lo sucedido en la Plaza de Cataluña de Barcelona.
El movimiento denominado -sin imaginación ni inteligencia-
por la prensa como 15-M, merece mi absoluto
respeto y el respeto absoluto de cualquier persona, se
esté o no de acuerdo con sus planteamientos y reivindicaciones,
e incluso con su forma de actuar. Los sectores más
pacatos de la sociedad experimentan un temor natural ante
cualquier forma de opinar y expresarse que no discurra
dentro de los cauces más convencionales, pero bastaría
que cualquier padre de familia o abuelo o político
bajase a la calle y se diera una vuelta por la Puerta
del Sol de Madrid o el equivalente en otras ciudades españolas
para que ese temor natural se desvaneciese; porque el
15-M no es agresivo ni salvaje, porque el 15-M es políticamente
cortés: a nadie se le falta al respeto, a todos
se nos acepta entre las tiendas de campaña y bajo
las lonas, sin importar que tengamos veinte o noventa
años, porque la generación “nini”
o generación ninguneada -que sería más
claro- no sólo la componen los estudiantes universitarios
o los recién salidos de la universidad que no encuentran
trabajo o los encuentran en condiciones injustas. La generación
ninguneada somos todos, y por eso en la Puerta del Sol
o en la Plaza de Cataluña hay “ningunos”
de todas las edades, desde ancianos a imberbes; todos
los “ningunos” a los que no se nos permite
votar a la vez a Gallardón y a
Bono, a Pajín
y a Díez. La democracia española
se articula sobre una base tramposa y caciquil en la que
se exige al votante que sea del Barça o del Madrid,
o del Getafe o del Murcia si lo suyo es afición
y no necesidad ni deseo de ganar la liga. Por eso los
políticos, los jugadores de fútbol individuales,
no se atreven a bajar a la Puerta del Sol aunque su corazón
lo desee; les vence el temor de que si lo hacen, y el
movimiento 15-M fracasa, no podrán volver a jugar
en ningún equipo, no volverán a ser incluidos
en las listas cerradas y excluyentes (esa es la clave:
excluyentes) de sus partidos.
El precio que pagamos por
las listas cerradas se sintetiza en el otorgamiento de
poderes a gente mediocre y fácil de manejar por
los grupos de presión, individuos fáciles
de corromper y comprar.
Las conquistas sociales
en España han sido muchas y muy importantes; entre
las mismas es fundamental el derecho a manifestarse. Eso
es lo que están haciendo los “ningunos”
del 15-M, manifestarse con sumo respeto y pleno derecho
a hacerlo. Que la policía haya cargado contra personas
que no arrojan piedras ni disparan balas es un acto desmesurado
y estúpido; el estado sólo debería
tener derecho a utilizar la violencia para defenderse
de la violencia, la policía es
una institución cuya función es defender
al pueblo y no atacarlo.
Los “ningunos”
han aguantado injusticias y estupideces y hasta conductas
delictivas, pero ¡basta! Incluso a los seres más
buenos y generosos se les hinchan los cojones cuando les
niegan los huevos.