MONCHO ALPUENTE, y sus Cuentos de la calle del Pez
se publica como columna en diferentes versiones, por motivos de espacio y filosofía, en La Opinión de Murcia y Cambio16, y en esta web;
enero/febrero 2009.

MONCHO ALPUENTE, y sus Cuentos de la calle del Pez

Moncho Alpuente, dedo director en alto. Javier Barquín sonríe al fondoMoncho Alpuente. 1980. Acaban de matar a John Lennon y Juan Luis Recio, el editor-director de la mítica Banda de Moebius me encarga coordinar un libro homenaje al cerebro míope de los Beatles. Es entonces cuando conozco a Alpuente, y también conozco o convoco a los mejores corazones de un Madrid en el que aún no había comenzado la famosa Movida: Eduardo Haro Ibars, El Zurdo, Onliyú, Federico Sueño, Carlos Tena, Eduardo Bronchalo Goytisolo, Luis Eduardo Aute, Ceesepe, Aviador Dro, Mariano Antolín-Rato, Carlos Perellón, Miguel Ríos, etcétera. El resultado es un libro mítico y maldito que aún pervive en la memoria de quienes estaban “vivos y activos” en la época, un libro en el que la “basca” homenajea a un músico asesinado a balazos pero que llega más lejos, porque logra sumar las inteligencias individuales de muy variados y diferentes creadores y consigue transmitir un espíritu común; a pesar de las disparidades de enfoque y criterio.
Moncho Alpuente. 2004. No necesita de un asesinato sino de su capacidad de seducción y entusiasmo natural. CUENTOS DE LA CALLE DEL PEZ. Jesús Ferrero, Juan Madrid, Manuel Ribas, Barbara Alpuente, Ruth Toledano, Javier Barquín, Miguel Ángel Mendo... y una portada que cuenta tantas historias, o más, que TANGOS DE LA CALLE DEL PEZ (Ferrero), porque la portada la realiza Felix LorrioFélix Lorrio, fotógrafo creador, uno de los grandes, gigante como gigante era el nombre su colectivo de creación: YETI. En Cuentos de la calle del Pez hay historias maravillosas, Sombras Chinescas, de Mendo, Letra muerta, la narración policíaca -una nouvelle más que un cuento, del propio Moncho Alpuente-, geniales microrrelatos ensartados (Ferrero, por supuesto), un cuento de Barquín que podría inspirar una película de Tim Burton, El peluquero de la luna... Pero lo importante no es una u otra montaña, sino el conjunto, la cordillera que forman para dar sombra, proteger de la estupidez radioactiva, la pequeña y acogedora calle del Pez. La unión de talentos, la suma de inteligencias, como en el Homenaje a Lennon, logra un ente en sí mismo; no hay lucha por quien es mejor o peor, cada historia cumple su papel sustentando la silueta de la cordillera.
Moncho Alpuente, padrino "mordedor" de Tigre Manjatan..., animal en extinciónMoncho Alpuente. 2009. Tertulia de los miércoles en Espacio Líquido, calle del Pez, Madrid. Mantiene viva la cordillera, la unión entre los diferentes: el libro que aún puede encontrarse en Fuentetaja y algún otro santuario de la letra viva. Allí acudo a buscar un ejemplar, pero es más lo que busco. Busco un espíritu. El espíritu solidario de una época que la técnica y el materialismo parecen haber arrasado, derribado los árboles de la cordillera para hacer carreteras, chalets o bloques de pisos. Pero la cordillera, la tierra sigue ahí. Y pienso, quiero pensar y creer, que se ha estropeado el maquillaje, o yo no sé ver su encanto, pero que la tierra sobrevive; y con ella y en ella el espíritu de los artistas y creadores. “¡Bienaventurados los que sin ver creen!” (Jaro Onsurbe). Bienaventurados seamos. Amén.

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