PEDRO DE PAZ
se publica como columna en diferentes versiones, por motivos de espacio y filosofía, en La Opinión de Murcia y Cambio16, y en esta web; SEPTIEMBRE 2008.


PEDRO DE PAZ


El traqueteo, suave y moderno pero aún así inconfundible, de los trenes que recorren las entrañas de la ciudad, bajo el suelo, obliga a Lorenzo Silva, presentador de EL DOCUMENTO SALDAÑA, la última novela de Pedro de Paz a elevar la voz cada vez que una de las grandes lombrices electro-mecánicas entran o salen de la estación de Retiro. Estamos en una sala que, por primera vez en la historia del Metro de Mad Madrid se utiliza para presentar un libro, un salón alargado en el que se suceden varias filas de sillas de madera interrumpidas por trípodes que sostienen cámaras de televisión de variado tamaño pero similar calidad, todas digitales, y flanqueadas por docenas de personas que no han llegado a tiempo para sentarse y deben seguir el acto a pie firme. El lugar no podría haber estado mejor elegido porque en El documento Saldaña hay un protagonista de excepción, un ser que sin ser humano se mezcla con los bípedos o los sostiene o oculta o realza: la ciudad de Madrid. No el Mad Madrid, aunque sí, del que suelo hablar en estas columnas, sino el Madrid del siglo pasado que de Paz combina y solapa en la aventurera, entretenidísima, escrita en estado de gracia, novela que muy probablemente le dará la fama y fortuna que merece.
Se nota cuando un escritor disfruta haciendo su trabajo, siendo ante todo el primer lector de una historia que quiere o querría leer y tras buscar y buscar se da cuenta que no está en ningún sitio, que el único medio de convertirse en lector del libro que busca es ser también su autor y amanuense y escritor. Y eso es lo que sucede en El documento Saldaña, una apuesta en la que la editorial Planeta ha puesto su más limpia esperanza para la temporada que ya comienza y que acabará encabezando la lista de los libros más vendidos, porque tiene todos los ingredientes: aventuras, la búsqueda de un tesoro, el solapamiento de la historia con el presente; el coctail de la novela policíaca con la histórica mecido por unas manos que como ya he dicho o insinuado más arriba han agitado el vaso con la misma sabiduría y amor que una madre mece y ayuda a su cachorro hasta que se convierte en una persona capaz de sostenerse sobre sus pies.
De Paz escribió una primera novela de quitarse el sombrero, El hombre que mató a Durruti, y que fue traducida al inglés espontáneamente, sin mediación de agentes ni personaje alguno del mundo literario. Su segunda novela, Muñecas tras el cristal, en la que se asomaba a la ventana de internet y al lanzarse a través del cristal se encontraba en el mundo real, conoció dos ediciones en muy pocos meses. Pero es en esta tercera obra, El documento Saldaña, así se llama el manuscrito misterioso que arropa la trama, aúna los aciertos de una y otra, se lee con el mismo placer fácil y resbaladizo que siente un niño al lanzarse por un tobogán. Si alguien tiene ganas de disfrutar, de ser niño unas horas sin dejar de ser mayor, vivir una aventura que le hará desear llegar a casa lo antes posible para poder seguir leyendo, que no lo dude. El documento Saldaña es su libro. Palabra de Javier Puebla. Me lo agradecerán.

NOTA ADICIONAL:

Cuando escribí la columna de más arriba aún no había terminado el libro, pero confieso que preferí escribir cuando llevaba 160 páginas, que me habían encantado, temeroso de que luego EL DOCUMENTO SALDAÑA bajase el magnífico ritmo de su largo comienzo y se me enfríase el entusiasmo. No fue así: de Paz utiliza al segundo protagonita de la novela, la chica, Lola, como el segundo reactor de un cohete y la novela sube y sube hasta el final. Impecable. Una gratísima sorpresa, porque a Pedro de Paz le aprecio especialmente y jamás habría hablado mal de un libro suyo, pero tampoco habría sido capaz de mostrar el entusiasmo que muestro si no fuese merecido. Y lo es. "Como un buen álbum Tintín"; quien me conozca sabe que no puedo decir de una obra de ficción mejor piropo.

 

 

 

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