Diego Sánchez-Bustamante ha elaborado este año una preciosa y muy especial colección de píldoras inductoras al mejor de los sueños, sus micronanas... A la derecha de estas palabras.

...y éstas son algunas de las micronanas que Diegodiéguez fue vertiendo con cariño en el regazo de jóvenes preadolescentes, cuidadosamente elegidas, para inducirles sueños diversos durante un período indeterminado y confuso pero anterior, en todo caso al último solsticio de invierno; originalmente fueron enviadas, noche tras noche, por SMS:

 

-Sueños de jaspe y flor de cardo morada
-Sueños de polen de avellano y guisantes de olor
-Sueños de alfajor y madreselvas blancas
-El dolor es una gran araña de largas, nudosas, patas; cada nudo se adhiere
penosamente a un punto del cuerpo.
-Sueños profundos, serenos, de piedra verdrita y ron de caña
-Sueños de talco laminar y médula de saúco
-Sueños de oro, incienso y albaricoques prensados
-Sueños ligeramente surrealistas de yerbaluisa y almagre
-Suegos vagamente sicalípticos de aguamarinas y orégano
-Sueños de ágata y malvavisvo
-Sueños enigmáticos de orujo, ceiba y palmiste
-Sueños moderadamente psicodélicos de ácido ligérsico y pan de higo
-Sueños levemente psicasténicos de osidiana y almendras dulces
-Sueños transparentes de Shawa-shawa y cristal de roca
-Sueños suavemente sincopados de ónice, malaquita y madreselva silvestre
-Sueños, al filo de titnieblas profundas, de cardamomo y betún de judea
-Sueños cuasi-surrealistas de bermellón, adelfas y comini
-Sueños algo inquietos con cinabrio, flor de cardo y ortigas blancas
-Sueños sensuales de piedra alumbre, trigo maduro y amapolas de doble corola
-Sueños levemente inquietos de cinabrio y fruto de pasión
-Sueños voluptuosos de coral blanco, anémonas y flor de jacarandá
-Sueños recios de sílex, rizomas y piñones tostados
-Sueños mágicos de sílica, caña de azúcar y kinkilibá

-Sueños de romero y espliego que, apelmazados en espeso vaho,cubren el desnudo
cuerpo como segunda piel.
-Sueños levemente inquietos de cuarzo ahumado, alpiste dulce y mongorokó de
graduación media.
-Sueños relajados de azurita, camomila y azafrán
-Sueños melancólicos con lava cristalina, serrín húmedo de roble centenario y
peonías rojas
-Sueños gozosos de ambrosía, melaza suave y cerveza rubia
-Sueños abruptos con rosas del desierto, cornalina y azahar de cidro
-Sueños reparadores de pirita, helecho macho y frutos del egombe-gombe
-Sueños exóticos de milijítara y nuez moscada
-Ligeros sueños tropicales de camaleón cornudo y efímero ewuwú
-Sueños livianos de cuarzo crstalizado y brotes tiernos de araucaria
-Sueños desconcertantes de mirra y áloe impregnados de malanga
-Sueños estremecidos con topé y melodía de arpa
-Sueños encantados con flor blanca de saúco y polen de sequoia gigante
-Sueños inocentes con flor blanca de mostajo, nomeolvides y unos granos de rutilo
-Sueños elegantes de topacio azul, cincoenrama y abrótano
macho
-Sueños turgentes con turmalina negra, ortigas húmedas y lúpulo
-Sueños estupefactos con mescalina y virutas de roble empapadas en roble balsámico
-Sueños de durazno maduro
-Sueños atípicos con carey, milerrama y orquídeas prensadas
-Sueños futuristas de algodón en rama, esferas siderales y radiación de fondo
-Sueños alborozados de zarzaparrilla y ajonjolí con brillantes reflejos de calcopirita
-Sueños melancólicos con aurora boreal y música de dulzainas
-Sueños titilantes con flor abierta de caqui japonés y fuego de San Telmo
-Sueños un punto descangayados con gorgeos de ave del paraíso, pistilos de adelfa y
rumor de bandoneón
-Sueños precolombinos con requesón de llama, vellón de vicuña y melodía de flauta
guaraní
-Sueños fuertes con lumbre de forja al fondo, sonidos de martillo frente a yunque y
hortensia blanca

-Sueños oscuros de fufú y de kenke mientras la enigmática mamba verde acecha atenta.
-Sueños acuáticos con lirio amarillo de los juncos, nenúfares azules y croar de rana macho
-Sueños castellanos viejos en campo de trigo cuajado de amapolas con voz
lejana de cuco.
-Sueños sensuales con flor de la pasión, gardenia, pipermint y armónica
-Sueños estivales con romero, flores azules de espliego y verónica
acompañados de cri-cri de grillos enamorados.
-Sueños orientales con pastelillos de arroz, fuegos de artificio anaranjados
y fru-fru de sedas de kimono antiguo
-Sueños alucinantes africanos con adormecedora iboga frente a
incandescentes, crepitantes, rescoldos de nso-nso
-Sueños inquietantes de azabache, roce de ala de cuervo y rumor de ángeles
jóvenes.
-Sueños cuasi-episcopales, con flores púrpura de la equinacea y del
gualanday acompañados por el grito intremitente de una lechuza twi(chui)
-Sueños juveniles de topacio y ópalo de fuego, con fondo de ocarina
-Sueños desconcertantes junto a palmera del caminante, con monótomo
poing-poing de arpa judía
-Sueños nórdicos con destellos lunares en hielo de fiordo y ronco bramido de
cuerno medieval
-Sueños arrullados por el murmullo del frenético aleteo del pájaro mosca
rojiazul entre gigantescos tallos de bambú en donde anida el mimoso panda
-Sueños de cobalto y azafrán.

 

 

(lo que sigue es un correo electrónico enviado por Diego SB a El Capitán más que un relato, pero el final es de cuento perfecto)

RITOS Y CUADROS

La iglesia católica de Bleiswijk es grandona y poco elaborada. Una sola nave con dos
filas de 27 bancos cada una, pasillo central y dos laterales.

Muros muy altos soportan un techo ligeramente curvo del que cuelgan tres grandes
lámparas de las llamadas "holandesas": de cobre y muchos brazos; en este caso,
dieciseis, con sus bombillas,que dan junto con los focos laterales buena luz al
recinto.

La decoración es sobria, casi protestante, aunque hay un par de estatuas. En los
muros diez vitrales, cinco de ellos
con figuras y el resto solo con paneles de cristal levemente coloreados.

La ceremonia es larga. Los holandeses cuando se ponen a ser piadosos lo son a fondo.

Mucho canto, mucho himno. A la hora de comulgar lo hacen todos, muy ordenadamente:
nadie osa bullir hasta que la última persona del banco precedente sale al pasillo
central. Yo, animal de costumbres al fin y al cabo, suelo colocarme en el cuarto
banco de la derecha empezando por el fondo. Delante de mí se sitúa casi siempre la
familia mestiza: padre joven claramente caucásico, madre muy joven, de un bello
color ébano, y dos criaturas casi comestibles de unos cuatro y siete años, color
café con leche oscuro el mayor y cortado claro el pequeño.Toda la congregación
comulga aunque nadie se confiesa; la idea de pecado se va desvaneciendo poco a poco
en los países del Norte.

Ayer, tras el " Ite, Misa est", me fui sin esperar el final de los cánticos, para
llegar a buena hora a La Haya.

Lucia y yo llegamos al filo de las dos al Mauirtshuis, el pequeño gran museo de La
Haya, junto a las casas del Parlamento, el Binnenhoff, la mitad del edificio en las
aguas del Vijfer.

El museo, como todos, está lleno de chinos (o japoneses, o filipinos...gente de tez
pálida y ojos rasgados) que se gritan con ese tono gutural y metálico con que los
castigó la Naturaleza. Una vez hechos al griterío visitamos los cuadros previstos.
La dirección de la pinacoteca está especialmente orgullosa de diez lienzos; yo creo
que hay cuatro, quizás cinco, que justifican por sí solos el museo. : los dos
Vermeer importantes (la chica de la perla y la vista de Delft), el soberbio y
siniestro lienzo de Rembrandt en que el Doctor Tulp explica su Lección de Anatomía a
los asombrados asistentes;el autorretrato de Rembrandt, ya viejo, pintado sin
conmiseración ni engaño...el pequeño jilguero que Carel Fabritius pintó un día de
1654 en que no tenía cosa mejor que hacer y le salió una obra maestra.

Hay más, claro; muchos más...quizá demasiados. La Mauritshuis no se caracteriza por
una buena disposición de los cuadros; los distribuye pegados los unos a los otros
por las paredes como en una almoneda. Pero nosotros vamos a lo que vamos y solo de
pasada vemos algo más (el rotundo toro de Potter, casi de tamaño natural, algún
paisaje inolvidable de Ruysdael...); a un museo hay que ir con frecuencia y cada vez
a ver unas pocas cosas.

Antes de salir pasamos por la tienda para comprar algunas postales y nos
encontramos, omnipresente, a la chica de la perla: en carteles, en postales, en
ceniceros, en paraguas..si no estuviera enamorado de ella desde hace tantos años
creo que podría provocarme nauseas. Ahora solo me da rabia pensar que uno de
aquellos chinos se comprará un cenicero con mi adorada pintada en el fondo, en donde
aplastará una colilla de puro ensalivada.



 

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