Historia
de una impostura
Luis Garcia
Estamos ante una de esas
novelas que no pasan desapercibidas, que se leen con agrado
y lo más importante, que invitan a la reflexión. “Sonríe
Delgado” , la novela finalista del Premio Nadal 2004, de
cuyo autor poco o nada sabemos salvo que actualmente ejerce
como profesor de microrrelatos en Madrid, es una trepidante
historia de género negro con ribetes a veces jocosos a veces
esperpénticos, marcada por la impostura como objetivo vital,
y a la vez es una vuelta de tuerca mas al mito del “Doctor
Jeckyll y Mister Hyde” . Porque el particular protagonista,
Frederic Traum, de quien sólo sabemos que ha sido mercenario
en Líbano después de liderar un grupo de punk en Londres, el
hombre que decide adoptar la personalidad de un moribundo diplomático
en el Beirut de la Guerra Civil bajo la promesa de cumplir una
extraña misión que pasa por matar, ajusticiar, a una mujer en
Barcelona, resulta intrigante desde
las primeras líneas del relato. Es un psicópata,
pero de su psicopatía y de su particular juego de espejos y
conductas, se deduce una peculiar forma de ver la vida que le
hace adoptar, como en un juego, ocultas personalidades. Y así
se irán cruzando en su camino diferentes y enigmáticos personajes,
casi tanto como él, hasta conseguir sembrar la duda en lector
de si ha sido él quien ha adoptado la personalidad de Alberto
Delgado para apropiarse de su cuerpo y su vida, o es Alberto
Delgado quien juega a ser un oscuro mercenario de múltiples
nombres. Escrita con frases cortas lo que le dan agilidad al
relato, “Sonríe Delgado” busca la complicidad con el
lector, y así, bajo ese prisma uno recuerda aquella visión freudiana
en la que se nos invitaba a “sacar al exterior los diferentes
yoes que todos llevamos dentro”. Igual que hace Frederic Traum,
Alberto Delgado o los dos juntos, aunque en su caso sus “yoes”
estén travestidos, nunca mejor dicho, con rasgos psicópatas.
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